Esta semana he tenido la oportunidad de asistir a unas jornadas técnicas organizadas por @agromillora y @bodegabahiasantander, en un enclave privilegiado: la propia bodega Bahía de Santander, situada entre viñedos con unas vistas impresionantes al mar Cantábrico. Un entorno que invita no solo a disfrutar del vino, sino también a reflexionar sobre su presente y su futuro.
¿Qué son los vinos PIWI y por qué se consideran las «superuvas»?
Los vinos PIWI —también conocidos de forma más informal como superuvas— son una verdadera innovación en el mundo de la viticultura. Estas variedades de uvas han sido desarrolladas mediante cruces naturales, lo que les permite ofrecer una alta resistencia a enfermedades fúngicas como el mildiu y el oídio.
El término PIWI proviene del alemán Pilzwiderstandsfähig, que significa «resistentes a hongos», y describe su principal ventaja: una resistencia natural que reduce significativamente la necesidad de tratamientos fitosanitarios en el viñedo. Esto no solo favorece el medio ambiente, sino que también mejora la eficiencia de los viñedos al reducir los costos relacionados con el uso de productos químicos.
Beneficios de las variedades PIWI: resistencia, sostenibilidad y calidad
Estas superuvas no solo son una alternativa más ecológica, sino que también representan un paso adelante hacia una viticultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Gracias a su resistencia natural, los PIWI permiten reducir hasta en un 90% el uso de tratamientos fitosanitarios, contribuyendo a la preservación de la biodiversidad y la salud de los ecosistemas.
A lo largo de la jornada, descubrimos cómo los PIWI no solo aportan beneficios agronómicos, sino que también dan lugar a vinos con personalidad, equilibrio y complejidad. Esto demuestra que la sostenibilidad no está reñida con la calidad, y que, por el contrario, puede ser un motor de innovación en el sector.
La jornada técnica sobre los vinos PIWI en Bahía de Santander
Durante esta jornada técnica organizada por @agromillora y @bodegabahiasantander, tuvimos la oportunidad de profundizar en las características agronómicas de las variedades PIWI, su potencial en distintas zonas y su impacto en la calidad del vino. Además, se abordaron aspectos técnicos y científicos clave para entender cómo estas variedades se están adaptando a diferentes condiciones de cultivo en todo el mundo.
Este tipo de eventos son fundamentales para acercar la innovación al sector vitivinícola, y el lugar elegido para celebrarlo, la bodega Bahía de Santander, fue el escenario perfecto para explorar las posibilidades de estas variedades en un entorno natural único.
Cata de vinos PIWI: una experiencia única entre viñedos y vistas al mar Cantábrico
Uno de los momentos más destacados de la jornada fue, sin duda, la cata de vinos elaborados con variedades PIWI. Fue una experiencia reveladora, no solo por la calidad de los vinos, sino también por la oportunidad de disfrutar de un paisaje incomparable mientras descubríamos las posibilidades enológicas de estas nuevas variedades.
Desde el primer sorbo, los vinos demostraron su capacidad para expresarse de forma auténtica, con frescura, equilibrio y una gran diversidad de aromas y sabores. Lejos de los prejuicios sobre las variedades híbridas, los PIWI demostraron que pueden ofrecer vinos de altísima calidad, con una identidad propia y muy fiel a su terroir.
Innovación y formación: los aspectos más destacados de la jornada organizada por Agromillora y Bahía de Santander
Las jornadas no solo fueron una lección técnica sobre las variedades PIWI, sino también un espacio de formación, intercambio y reflexión sobre el futuro de la viticultura sostenible. A lo largo del evento, se discutieron los desafíos y oportunidades que presentan estas uvas en un contexto de cambio climático y creciente demanda de prácticas más responsables.
Para mí, como amante del vino, fue una experiencia enriquecedora y motivadora. Las jornadas de Agromillora y Bahía de Santander reafirmaron mi convicción de que el vino del futuro debe ser sostenible, innovador y, sobre todo, respetuoso con el entorno que lo produce.
Conclusión: el vino del futuro se cultiva hoy
La jornada ha sido una oportunidad única para descubrir cómo los vinos PIWI están marcando el camino hacia una viticultura más responsable, eficiente y alineada con los desafíos medioambientales actuales. Los PIWI no son solo una innovación agronómica, sino una apuesta por un futuro donde la sostenibilidad, la calidad y la tradición puedan convivir de forma armónica.
Porque el vino del futuro se cultiva hoy, y hacerlo con conciencia y respeto al entorno es, sin duda, el camino que debemos seguir.