Un nombre con memoria
El poeta latino Marco Valerio Marcial nació en Bílbilis Augusta, la actual Calatayud, en el año 40 d. C. Sus epigramas, breves y directos, retrataron con ironía la vida romana. Hoy, su nombre inspira un vino de Bodegas Langa que quiere recordar la riqueza cultural y vitivinícola de esta tierra. No es un simple homenaje: es la forma de enlazar pasado y presente en una copa de Garnacha.
Viñas viejas en altura
El viñedo de donde nace este vino tiene entre 70 y 90 años, un auténtico patrimonio de la DO Calatayud. La Garnacha cultivada a esa edad ofrece menos cantidad de uva, pero más concentración y carácter. La altitud, entre 700 y 800 metros, aporta noches frescas que ralentizan la maduración, manteniendo la frescura y los aromas de la uva.
El suelo pobre, pedregoso y calizo también marca la diferencia: obliga a la vid a luchar por sobrevivir y a extraer lo mejor de su entorno. Así se consigue una uva equilibrada, con intensidad y personalidad.
Elaboración que respeta la identidad
La vinificación se hace con levaduras autóctonas, lo que significa que el vino fermenta con las propias levaduras de la uva, sin añadir otras externas. Esto le permite reflejar de manera más fiel la identidad del viñedo.
Tras la fermentación, el vino se cría en depósitos de hormigón con forma ovoide durante unos 12 meses. Estos recipientes favorecen una microoxigenación natural y un movimiento constante del vino, lo que aporta volumen y suavidad sin necesidad de madera. El resultado es una Garnacha franca, limpia y expresiva, que mantiene el protagonismo de la fruta y del terruño.
Bodegas Langa, historia viva de Calatayud
Hablar de Marco Valerio “Marcial” es también hablar de la trayectoria de Bodegas Langa, una de las casas más emblemáticas de la DO Calatayud. Fundada en 1867, sigue en manos de la misma familia, que ha sabido combinar tradición y modernidad a lo largo de más de cinco generaciones.
La apuesta por vinos como este demuestra su compromiso con la Garnacha de viñas viejas, la sostenibilidad y la búsqueda de elaborar vinos con personalidad propia, capaces de destacar en el panorama nacional e internacional.
Un vino que representa un territorio
Más allá de ser una etiqueta con nombre histórico, Marco Valerio “Marcial” resume lo que significa el viñedo de Calatayud: viñas viejas, altura, un clima extremo y una Garnacha que se ha convertido en seña de identidad.
Beber este vino es descubrir una tierra con carácter, marcada por siglos de historia y cultura, donde la vid sigue siendo protagonista. Un vino que, al igual que los epigramas de Marcial, apuesta por la claridad y la autenticidad.