Langa Mítico: Chardonnay en altura, Chardonnay con carácter

En Calatayud, cuando pensamos en vino, lo primero que nos viene a la mente es la Garnacha. Potente, expresiva, vinculada a la historia de la zona. Pero Langa Mítico nos recuerda que también hay espacio para lo inesperado. Este Chardonnay de la familia Langa sorprende desde el primer instante: por su imagen, por su origen y, sobre todo, por la forma en que consigue reflejar un paisaje en cada sorbo.

Una familia, una historia

La familia Langa lleva más de 150 años dedicada al vino en Calatayud. Con ellos, tradición no significa repetición, sino evolución. Han sabido mantener la esencia de la zona al mismo tiempo que exploran nuevos caminos, y este Chardonnay es una buena muestra de ello: un vino que habla de innovación sin olvidar de dónde viene.

Viñedos de altura, vinos con alma

A casi 900 metros de altitud, la viticultura no es fácil. El clima es extremo: inviernos fríos, veranos calurosos, noches frescas que contrastan con los días soleados. Sin embargo, son precisamente estas condiciones las que dan personalidad a Langa Mítico. La uva Chardonnay se adapta aquí con frescura, equilibrio y una expresión que no se encuentra en otros lugares. Es un vino que nace de la exigencia de la tierra y que transmite la fuerza de su origen.

El azul del cielo

El color azul intenso de la botella no pasa desapercibido. Más allá de lo visual, es un símbolo. Evoca el cielo limpio que acompaña cada jornada de vendimia y refleja esa conexión directa entre naturaleza y vino. Sostener la botella es casi como sostener un pedazo de paisaje: una manera de recordarnos que el vino no es solo lo que bebemos, sino también el lugar del que procede.

Frescura que invita a compartir

Si algo define a este Chardonnay es su equilibrio natural. Es fresco, pero a la vez amplio. Es fácil de beber, pero al mismo tiempo tiene complejidad suficiente para detenerse y disfrutarlo sin prisa. No necesita apoyarse en la madera: su carácter se construye con fruta, acidez vibrante y una textura untuosa que lo convierte en un vino muy versátil. Lo imagino tanto en una mesa con pescado o pasta como en un brindis improvisado entre amigos.

Un diseño que cuenta historias

La etiqueta de Langa Mítico no es un simple adorno: es un relato visual. Con símbolos y escenas que recuerdan al trabajo en la viña, a la cultura y a las tradiciones de la zona, se convierte en un homenaje a la memoria y al esfuerzo de generaciones. Una forma distinta de contar lo que siempre ha estado ahí: la relación entre la gente y la tierra.

Calatayud desde otra mirada

Langa Mítico es un vino que invita a ver Calatayud desde otra perspectiva. Si la Garnacha ha sido siempre la embajadora de la zona, este Chardonnay abre la puerta a nuevas expresiones y a un futuro lleno de posibilidades. Representa la capacidad de reinventarse sin perder autenticidad, de apostar por lo distinto y demostrar que la identidad de un territorio se puede mostrar también a través de un blanco con personalidad.

Chardonnay con identidad propia

No es un Chardonnay que busque parecerse a otros. No pretende copiar modelos internacionales ni seguir tendencias pasajeras. Es un vino que reivindica su lugar, que apuesta por lo auténtico y que, desde su frescura y elegancia, se convierte en una declaración de intenciones: Calatayud no solo es tierra de tintos, también puede ofrecer blancos que sorprenden y convencen.

Una copa, muchas historias

Langa Mítico es mucho más que un vino. Es el resultado de la historia de una familia, de un paisaje de altura y de una variedad que aquí se expresa con toda su fuerza. Es tradición y modernidad, memoria y futuro. Y, sobre todo, es una invitación a disfrutar del vino de una forma sencilla, compartida y auténtica.

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