En un universo donde la Ribera del Duero se identifica a menudo con potencia, madera y estructura, La Capilla Crianza 2021 entra en escena con otra actitud. Sin renunciar al carácter que define la zona, este vino propone una lectura más afinada del territorio: una en la que la frescura, la textura y la fruta cobran tanto peso como la crianza.
Un vino que no se construye desde el exceso, sino desde el equilibrio.
Una elaboración cuidada, sin prisas
La Capilla Crianza 2021 está elaborado principalmente con Tinta del País (Tempranillo), acompañada por un pequeño porcentaje de Merlot (2 %). Las uvas proceden de viñedos de altitud situados en el entorno de Roa, en pleno corazón de la Ribera burgalesa. La vendimia se realiza de forma manual, con selección en viñedo y en bodega.
Tras la fermentación, el vino pasa 15 meses en barricas de roble francés y americano, combinando barricas nuevas y de segundo uso, para después afinarse en botella durante un periodo mínimo de 16 a 20 meses antes de su salida al mercado.
El resultado es un vino estructurado pero amable, con taninos pulidos y una acidez que sostiene el conjunto. Un crianza que se aleja del perfil sobremadurado o excesivamente marcado por la madera y que apuesta por una expresión más nítida de la fruta y el origen.
Qué esperar en copa
Visualmente, La Capilla Crianza 2021 presenta un color intenso, con capa alta y reflejos violáceos. En nariz, destaca por su intensidad aromática, donde la fruta negra —como la ciruela y la mora— se combina con notas de tostados suaves, cacao y un punto especiado muy sutil.
En boca, sorprende por su frescura y equilibrio. Tiene estructura, sí, pero no abruma. El paso es sedoso, con una textura cremosa que llena el paladar sin resultar pesado. El final es largo, con un retrogusto tostado que invita a seguir bebiendo. Y eso, en un crianza ribereño, no siempre es fácil de encontrar.
Es un vino que se muestra ya muy disfrutable, pero que tiene también potencial de guarda. Perfecto para quienes buscan tintos con presencia, pero sin aristas.
La finca, el proyecto, el cambio
Finca La Capilla es el proyecto ribereño de la familia Forner, fundadora de Marqués de Cáceres. Aunque el grupo adquirió esta propiedad en 1998, ha sido en los últimos años cuando ha tomado un rumbo más definido: el de convertirse en una bodega de autor dentro de la DO Ribera del Duero.
Con cerca de 60 hectáreas propias, la finca se ha ido consolidando como un espacio donde la calidad se impone al volumen, y donde cada etiqueta responde a una idea concreta de vino. Desde 2019, han renovado por completo la imagen de sus referencias, apostando por un diseño más limpio, contemporáneo y coherente con su filosofía.
La Capilla Crianza 2021 forma parte de esta nueva etapa, y se nota tanto en el contenido como en el continente.
Una elección que habla bajo, pero claro
En un panorama saturado de etiquetas y discursos grandilocuentes, este vino no necesita levantar la voz. Su fuerza está en la coherencia: en su forma de integrar la fruta con la madera, en su equilibrio entre estructura y frescura, en su respeto por el tiempo y la materia prima.
Quizás no sea el vino más conocido de la Ribera del Duero. Pero es, sin duda, uno de los que más merece ser descubierto. Especialmente si te interesa ver hacia dónde se está moviendo una parte del viñedo español: hacia la precisión, la elegancia y la autenticidad.