Día Internacional de la Garnacha: un brindis desde la DO Calatayud

Cada tercer viernes de septiembre, los amantes del vino levantan su copa para celebrar el Día Internacional de la Garnacha. Una jornada en la que bodegas, sumilleres y consumidores de todo el mundo rinden homenaje a una variedad que ha sabido conquistar paladares por su carácter versátil, su riqueza aromática y su capacidad de expresar el territorio donde nace.

Y si hay un lugar en el que la Garnacha se muestra con una autenticidad especial, ese es Calatayud.

La Garnacha, una uva con historia

La Garnacha tiene su origen en Aragón y, desde aquí, se expandió hacia otras regiones vitivinícolas de España y el mundo. A lo largo de los siglos, ha demostrado una capacidad extraordinaria de adaptación a diferentes suelos y climas. Hoy es una de las variedades más plantadas en el planeta, cultivada tanto en el Mediterráneo como en zonas de Estados Unidos, Australia o Sudáfrica.

Sin embargo, en sus tierras de origen, mantiene un carácter único: vinos intensos, cargados de fruta y con un equilibrio que sorprende por su frescura.

Calatayud, territorio de Garnacha

La Denominación de Origen Calatayud cuenta con un paisaje singular que marca la personalidad de sus vinos: viñedos de altura, entre los 600 y los 1.000 metros, que crecen en suelos pobres, pedregosos y de gran diversidad geológica.

Aquí, las cepas de Garnacha, muchas de ellas viejas y cultivadas en vaso, soportan un clima continental con inviernos largos y fríos, veranos muy calurosos y fuertes contrastes de temperatura entre el día y la noche. Estas condiciones extremas obligan a la vid a esforzarse, dando como resultado uvas de gran concentración y vinos con una expresión única.

No en vano, más del 60% de la superficie de viñedo de la DO Calatayud está plantada de Garnacha, confirmando que esta uva no solo es tradición, sino también futuro para la región.

Una uva de mil caras

La Garnacha es una de las variedades más versátiles y eso se refleja en los vinos de Calatayud:

  • Tintos potentes y estructurados, con aromas de fruta roja y negra madura, notas minerales y una frescura que equilibra su intensidad.
  • Rosados vibrantes y aromáticos, perfectos para quienes buscan vinos ligeros y refrescantes sin renunciar a la personalidad.
  • Garnacha blanca y otras variantes, menos conocidas pero cada vez más valoradas por su capacidad de sorprender con vinos equilibrados, aromáticos y elegantes.

Garnacha y cultura

La Garnacha no es solo una uva: es también parte de la cultura y de la vida de las comunidades que la cultivan. En la DO Calatayud, generaciones de viticultores han cuidado viñas centenarias, transmitiendo saberes y respeto por la tierra. Cada vendimia es un acto de continuidad, de respeto por un patrimonio que hoy está más vivo que nunca.

Celebrar este día es, en el fondo, una manera de reivindicar esa identidad: la Garnacha como seña de autenticidad, como vínculo entre territorio, historia y futuro.

Brindemos por la fuerza de lo auténtico

El Día Internacional de la Garnacha es una oportunidad para mirar con orgullo a lo que representa esta variedad en el mundo del vino. En Calatayud, Garnacha significa altitud, actitud y autenticidad. Significa paisajes extremos, viñas viejas que resisten al paso del tiempo y bodegas que apuestan por expresar lo mejor de su tierra en cada botella.

Hoy, brindemos por la Garnacha.
Por su fuerza, por su diversidad y por un territorio que la convierte en un vino excepcionalmente diferente.

Scroll al inicio