Izadi La Gran Rosa 2024: un rosado que no necesita verano

Hay etiquetas que pesan más de lo que deberían.
Una de ellas: “rosado, ideal para el verano”.
Otra más: “vino fácil, para tomar muy frío, sin complicaciones”.
Y aunque no niego que un rosado puede funcionar estupendamente bajo el sol y con una cubitera al lado, reducirlos a eso me parece injusto.

Por eso cada vez me gusta más probar rosados sin el ruido que suele acompañarlos. Sin buscar que refresquen, ni que encajen en un estereotipo de estación. Solo catar, observar, dejar que hablen.

Así me crucé con Izadi La Gran Rosa 2024, un vino que ya conocía de añadas anteriores, pero que aún no había probado este año.
La botella mantiene ese aire sobrio, elegante, con su color piel de cebolla limpio y brillante que invita a mirarlo un poco más antes de servirlo. Nada estridente, pero con mucha intención.

Lo abrí una tarde cualquiera, sin esperar nada especial.
Y eso fue lo interesante: no hizo falta el contexto para que funcionara. No necesitó ni una terraza, ni el calor, ni una tabla de quesos para acompañarlo. Simplemente se mostró tal como es: equilibrado, fino, bien trazado.

En nariz, fruta, algo de piel de cítrico y una nota floral casi imperceptible que aparece si se le da tiempo. No va de aromas explosivos ni de seducción inmediata.
En boca, sin embargo, aparece esa firmeza que tanto agradezco en un rosado: acidez precisa y un final que se queda más de lo que esperas.
Hay estructura y hay elegancia.

Lo que más valoro es que no intenta ser otra cosa. No se presenta como “el rosado que parece un tinto”, ni como un blanco disfrazado. No busca extremos.

La Gran Rosa 2024 no pretende revolucionar nada, pero sí recuerda que un rosado puede —y debe— ser tomado en serio.
Y que disfrutarlo en mayo o en noviembre no debería requerir justificación.

A veces, lo más interesante no es encontrar un vino que te sorprenda por lo que hace, sino por lo que no necesita hacer para convencerte.
Este es uno de esos casos.

Sobre Bodegas Izadi

Para comprender mejor el carácter de La Gran Rosa 2024, es esencial conocer la filosofía y trayectoria de Bodegas Izadi, la bodega que lo elabora.

Fundada en 1987 por Gonzalo Antón, un reconocido hostelero y propietario del Restaurante Zaldiaran, Izadi nace de la fusión de dos pasiones: el vino y la gastronomía. Ubicada en Villabuena de Álava, en pleno corazón de la Rioja Alavesa, la bodega se sitúa en el triángulo que forman los pueblos de Villabuena, Samaniego y Ábalos, una zona privilegiada para el cultivo de la vid.

El nombre «Izadi» significa «naturaleza» en euskera, reflejando el compromiso de la bodega con el respeto al entorno y a la materia prima. Este respeto se traduce en prácticas sostenibles y en una arquitectura singular que aprovecha un desnivel de 50 metros para utilizar la gravedad en el proceso de elaboración, minimizando así la intervención mecánica y preservando la calidad de la uva.

Desde su fundación, Izadi ha sido pionera en la integración de la gastronomía y el vino, ofreciendo experiencias enoturísticas que destacan por su autenticidad y compromiso con la sostenibilidad. En 2023, la bodega fue reconocida con el galardón Best of Wine Tourism en la categoría de ‘Prácticas de Enoturismo Sostenible’, destacando iniciativas como «Villabuena sobre Ruedas», que permite a los visitantes recorrer en bicicleta eléctrica los viñedos más emblemáticos de la bodega.

Actualmente, bajo la dirección de Lalo Antón, hijo del fundador, Bodegas Izadi continúa su expansión internacional y su apuesta por la innovación, sin perder de vista sus raíces y el respeto por la tradición. La bodega forma parte del grupo Artevino Family Wineries, junto con Finca Villacreces, Bodegas Vetus y Orben, consolidando así su presencia en diversas denominaciones de origen de prestigio en España.

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